domingo, 24 de febrero de 2013

























RAUDY TORRES-ROBALAGALLINA
Por los tiempos en que Raudy iba a la escuela Colombia, luego Benigno Filomeno de Rojas,  llevaba  todas sus tareas de inglés para la profe doña Yolanda, y las de geografía para Xiomara, para doña Fefita, con tal   reperpero y alegría con sus  compinches,  que él armaba con las niñas, que todos sabíamos que él sería el Robalagallina del país. Y así es. Su pasión lo encumbró hasta ocupar los más altos honores como uno de los símbolos del carnaval dominicano.
Este carnaval no se lo pierde aunque tenga que meter bajo sus faldas a tres tígueres que lo ayuden con el peso de aquella voluptuosidad de belleza que es siempre su disfraz.  Él es un patrimonio cultural viviente que debe preservarse cueste lo que cueste.  Sin limosnas.  Como una obligación nacional •JOSÉ MERCADER















DANILO EN BAHÍA DE LAS ÁGUILAS

domingo, 17 de febrero de 2013

























Joseph Ratzinger
Muchas personas pensaban que cuando salía el humo negro por la chimenea de la basílica San Pedro era porque se les habían quemado las papas a los cardenales. Hoy se sabe que es porque no se ha elegido uno hasta que salga blanco para avisar en latín de lata: habemus papam.  Para Ratzinger ser papa no ha sido una papa, y él lo resume en su última homilía como la hipocresía y la división de la Iglesia.  Desde que subió al trono empezaron las maldiciones por sus supuestos vínculos con los nazis,  por los escándalos de los curas abusadores de menores, por lo del aborto, por lo de la igualdad interna y el deseo de que haya una papa mujer,  por lo de Sor María, la monja española del escándalo de los bebés robados y revendidos. Eso sí, los laicos juegan el 666 en cualquier lotería apostando para que no vuelva la Inquisición.   Esa es la lista negra que el tocayo Joseph no resistió.  El mundo espera ahora una lista blanca, no para mejorar la imagen de la Iglesia sino su accionar. Mi esperanza, aunque vana, es que el próximo papa sea Michel Piccoli.  En el mundo pues no hay mayor pecado que el de no seguir al abanderado.  JOSÉ MERCADER



































HAROLD PRIEGO
Harold era la alegría de varios periódicos dominicanos.  Porque sabemos que los diarios traen cada día eso que conocemos como noticias que no es más que la tragedia humana, las ilusiones perdidas de Balzac, o la divina comedia de Dante en versión actualizada con sus armas tecnológicamente capaces de hacer de desastre un verbo y desastrar hasta las escuelas. El triunfo de Harold fue imponerse a esas tragedias y editoriales que pautaban la opinión del caricaturista-periodista para ser él en sus propuestas burlonas, que tanto interpretó a la dominicanidad de la bachata,  la jodienda cotidiana y el chivo sin ley que llevamos dentro para diferenciarnos de todos los gentilicios del planeta   que cariñosamente llamamos la bolita•JOSÉ MERCADER