lunes, 20 de mayo de 2013
































Rafael Tomás Fernández Domínguez
 En el ’61 parece que el chivo comió demasiada verdolaga  y  se multiplicó en una secuela odiosa  que perdura.  La ida de Rafael Tomás es en gran parte la causa.  Los partidos, sin el  manco de Cachafú,  no respetaron a  nadie. Surge el autoritarismo, el  jefecito, aunque sea del DPCH (Departamento de Pendejos y Come Heces).  El saquito de arroz, las habichuelas, el azúcar, aceite y otros alimentos que esa secuela quiso congraciarse con el Coronel tuvo un freno firme y una sanción de 10 días de arresto por corrupto y lambón. Pero nos siguieron dando funda.
 ¿Fuerzas Armadas o desalmadas?  La defensa a la Constitución solo se hace desde la vergüenza del coronel que tiene méritos de sobra para estar en el Panteón junto a Caamaño.
…”Me impresionó su integridad, su firmeza, que se veía a simple vista como si aquel joven militar llevara por dentro un manantial de luz" Expresó don Juan Bosch• JOSÉ MERCADER

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